Confianza de ida y
vuelta en la familia
La
educación y el ambiente positivo en casa dependen del equilibrio entre la
libertad de expresión y la disciplina. Por una parte, la libertad de expresión hace posible que los hijos construyan una
autoestima saludable, al saberse importantes y valiosos para sus padres. Por
otra, la disciplina es necesaria
para dar a los hijos un ambiente seguro con reglas claras que hacen posible una
convivencia respetuosa entre sus miembros, así como el ambiente propicio para
el aprendizaje y la creación de hábitos.
Lo
principal para lograr la confianza es generar un espacio en el que los niños o
adolescentes escuchen a sus padres, y los padres sepan cómo escuchar a sus
hijos.
Un
decálogo de la confianza familiar
1.-Abrir
el espacio adecuado: Esto incluye el lugar, la hora, el estado emocional de los
miembros de la familia. Este espacio será libre de distractores tales como la
televisión, los juegos electrónicos o los teléfonos celulares. También es
importante que se realice sin un tiempo acotado por las obligaciones del
trabajo o la hora de dormir. Los fines de semana suelen ser buenos espacios
para la comunicación familiar. El lugar podrá ser una habitación común a todos,
tal como la sala, la cocina o el jardín. A veces pueden encontrarse parques o
restaurantes que resultan agradables para el diálogo.
2.-Escuche
atentamente: Los padres tenemos la tendencia a hablar en lugar de escuchar, por
el deseo de transmitir a nuestros hijos las enseñanzas que queremos que
adquieran. Un niño que no es escuchado, tampoco escuchará. Primero permita que
ellos se expresen, ponga atención y de respuesta a lo que el niño está
compartiendo.
3.-Comprenda:
Los niños nunca han sido adultos, pero los adultos sí hemos sido niños. Para
comprender se puede preguntar: ¿qué necesitaba yo de mis padres cuando era niño
y deseaba que me escucharan?
4.-Valide
sus emociones: Las emociones no pueden condicionarse, son reflejo de lo que la
persona vive en su interior y son válidas. Aún emociones como el enojo y la
tristeza, se alivian mejor si permitimos que se expresen libremente, cuando
hacemos esto, poco a poco pasan y dan oportunidad de mejorar el estado de
ánimo.
5.-Tenga
presente lo que quiere lograr con la convivencia y actúe en consecuencia. Con
frecuencia acumulamos muchos asuntos pendientes y queremos resolverlos todos en
el momento. Elija uno o dos y coméntelos con la familia de principio a fin,
hasta llegar a un acuerdo o solución. Permita que todos ofrezcan alternativas.
6.-Separe
la relación de la disciplina: La relación con sus hijos es invaluable. Es muy
importante que todo el tiempo se sientan amados por usted, sin condicionarlo a
su comportamiento. Los niños no se portan mejor si nos enojamos con ellos o les
dejamos de hablar. Esto les genera enojo y angustia.
7.-Para
lograr que sus hijos adquieran una disciplina muestre las ventajas que ésta
tiene y no la ponga a discusión si quiere que sea obligatorio. Ejemplo de
obligaciones: bañarse, respetar a sus hermanos, evitar comportamientos de
riesgo, decir la verdad, etc.
8.-El
cumplimiento de las rutinas dependerá de que usted las supervise. Los hijos no
van a obedecer sólo porque usted se los diga, sino hasta que creen el hábito a
través de la repetición diaria.
9.-Tenga
presente que lo más importante es crear valores en sus hijos, pídales lo que
usted también esté dispuesto a hacer. La palabra convence pero el ejemplo
arrastra.
10.-La
regla de oro: Respetar la personalidad de cada hijo, que es diferente.
Permitirle ser quien es, mientras respete a los demás y sea benéfico para su
desarrollo.
Les
invito a preguntarse cuál es un tema que les gustaría mucho poder hablar con
toda confianza con sus hijos y apliquen el decálogo a este tema.
¿Encuentran
algunas ideas ahora de cómo hacerlo?
Muchas
gracias.
www.centroempareja.com
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