viernes, 17 de octubre de 2014

Prevenir el divorcio



Prevenir el divorcio

Durante el mes de julio del presente año, el New York Times publicó, en su sección de opinión, un artículo que llamó nuestra atención. El nombre rápidamente nos sedujo; “Our love affair with predicting divorce”. El artículo está claramente bien escrito y siendo de gran interés para nosotros - y para nuestros clientes - todo aquello que esté relacionado con las parejas, hemos decidido hacer un extracto muy corto del mismo. Esto con la intención de compartirlo con ustedes, y también para participarles de algunas de las preguntas y reflexiones que surgieron a partir de este.

El artículo comienza relatando experimentos que hablan sobre las características de las parejas a partir de las cuales se predice la duración – o separación – de los matrimonios. ¿Cuáles son estas características? ¿Acaso hay un “7 hábitos para las parejas altamente efectivas”? 



En la primera de las investigaciones, los especialistas Melissa Dahl y Abraham Riesman, escriben como parte de sus conclusiones; “las parejas quienes cuentan sus historias de una manera más introvertida o negativa fueron más propensos a separarse en los siguientes tres años. En contraparte, las parejas quienes fueron más expresivas y positivas al momento de contar su historia siguieron adelante”. Los investigadores mencionan que al analizar la manera en que las parejas hablan de sí mismas, es posible predecir algunos patrones de comportamiento.

En otra investigación realizada por Gottman, quien es especialista en la investigación de relaciones de largo plazo, se habla de tres características esenciales en las parejas a quienes él llama “the masters”. Las cuales explicaremos a continuación.

La primera es cómo la pareja responde a las iniciativas de conexión que “lanza” la contraparte. Gottman les llama “pájaros”, los cuales son una solicitud de atención. Aquellas personas quienes escuchan el cantar del pajarito lanzado de su pareja, tienen una mayor probabilidad de tener una relación más duradera y feliz. Son miradas, preguntas simples, mensajitos de teléfono, en fin, peticiones de atención.

La segunda característica importante se reduce a una sola palabra: la amabilidad. La manera en que el autor lo explica es la siguiente; “hay dos maneras de pensar la amabilidad. Puedes pensar la amabilidad como una característica dada, la tienes o no. Pero también se puede pensar en la amabilidad como un músculo. En algunas personas ese músculo es “naturalmente” más fuerte que en otras, pero, como cualquier músculo, puede ejercitarse para que gane fuerza. Los masters tienden a pensar en la amabilidad como un músculo. Saben que es necesario ejercitarlo para mantenerlo en forma. En otras palabras, ellos saben que cualquier relación sana y positiva, requiere trabajo constante.”  Como última característica está la cantidad de interacciones positivas que tiene la pareja. Es decir, por cada desacuerdo hay cinco momentos – este es el número que dicta Gottman, pero nosotros creemos que es mayor - de conexión genuina en la pareja. De alguna manera, estos “masters” mantienen la balanza inclinada hacia el lado positivo. 



Gottman ha sido criticado por otros especialistas, ya que a estos les parece burdo reducir la predictibilidad de las relaciones en un conjunto de características conductuales. Nosotros – así como el autor de este artículo – no creemos en las soluciones simples, pero nunca está de más seguir la prescripción de Gottman:

Voltee a ver a su pareja, diga cosas amables, celebren las dificultades que han trascendido juntos y canten con el pajarito. 

Estas recomendaciones no son complejas, ni son afectadas por cosas fuera de su control. Quizá el secreto al matrimonio feliz siga siendo un misterio, pero es muy positiva la idea de que el amor puede ser basado en el ser amable unos con los otros. 

Como psicoterapeutas, observamos que las tres características mencionadas tienen como fundamento un solo factor. Son parejas que cuidan y procuran la CONEXIÓN:

Tú y yo estamos juntos en algo que nos pertenece sólo a ti y a mí, y que es verdaderamente IMPORTANTE. Somos cómplices ante la vida, cualquiera que sea el rostro que nos presente. Quienes están seguros de eso, sobreviven a las adversidades, incluidos la bancarrota, infidelidad, enfermedad o vejez.

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