El peso de los recuerdos arrumbados
Tengo una caja gigante de cartón
arrinconada en un cuarto. Me estorba mucho, sin embargo tiene ahí mas de tres
años. Ayer decidí moverla y ¡apenas pude!
Esta llena de cosas, pero como no había quien me ayudara entre empujón y
jalón... la pude sacar de la habitación. Su destino era arriba, en el cuarto de
servicio.
Después de media hora de lucha llegue a
la escalera, ahí si se torno imposible la misión, ¡pesaba horrores! Entonces se
me ocurrió sacarle cosas. Saque varios paquetes muy bien encintados, pero, ni así
perdía peso la caja. De repente en el fondo encontré una bolsa blanca de
plástico y al abrirla me di cuenta que eran piedras... ¡Piedras! ¿por qué había
guardado esa bolsa de piedras? La saque y la caja perdió la mitad de su peso,
pero seguía siendo imposible moverla fácilmente, vuelvo a ver el fondo y
encuentro otra bolsa verde, bien cerrada con mas piedras. ¡piedras mas grandes!
¿Cómo fue que empaquete piedras inservibles durante 3 años y sin saberlo?
Así son los rencores y los malos
recuerdos, son piedras que no nos dejan avanzar y solo están ocupando espacio
en nuestras vidas. Nos hacen difícil el
camino, no podemos caminar de tanto peso muerto que cargamos, de repente sacamos
un poco, pero a veces es tanto que seguimos sin poder movernos. Tire todas las
piedras a la basura y con una mano avente la caja ligera hacia arriba….
Autora: Vilma Aída
Excelente reflexión!
ResponderEliminarCreo que es hora de revisar mi caja.
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