jueves, 26 de junio de 2014

Confianza de ida y vuelta en la familia




Confianza de ida y vuelta en la familia

La educación y el ambiente positivo en casa dependen del equilibrio entre la libertad de expresión y la disciplina. Por una parte, la libertad de expresión hace posible que los hijos construyan una autoestima saludable, al saberse importantes y valiosos para sus padres. Por otra, la disciplina es necesaria para dar a los hijos un ambiente seguro con reglas claras que hacen posible una convivencia respetuosa entre sus miembros, así como el ambiente propicio para el aprendizaje y la creación de hábitos.

Lo principal para lograr la confianza es generar un espacio en el que los niños o adolescentes escuchen a sus padres, y los padres sepan cómo escuchar a sus hijos.
Un decálogo de la confianza familiar 


1.-Abrir el espacio adecuado: Esto incluye el lugar, la hora, el estado emocional de los miembros de la familia. Este espacio será libre de distractores tales como la televisión, los juegos electrónicos o los teléfonos celulares. También es importante que se realice sin un tiempo acotado por las obligaciones del trabajo o la hora de dormir. Los fines de semana suelen ser buenos espacios para la comunicación familiar. El lugar podrá ser una habitación común a todos, tal como la sala, la cocina o el jardín. A veces pueden encontrarse parques o restaurantes que resultan agradables para el diálogo.

2.-Escuche atentamente: Los padres tenemos la tendencia a hablar en lugar de escuchar, por el deseo de transmitir a nuestros hijos las enseñanzas que queremos que adquieran. Un niño que no es escuchado, tampoco escuchará. Primero permita que ellos se expresen, ponga atención y de respuesta a lo que el niño está compartiendo. 

3.-Comprenda: Los niños nunca han sido adultos, pero los adultos sí hemos sido niños. Para comprender se puede preguntar: ¿qué necesitaba yo de mis padres cuando era niño y deseaba que me escucharan?

4.-Valide sus emociones: Las emociones no pueden condicionarse, son reflejo de lo que la persona vive en su interior y son válidas. Aún emociones como el enojo y la tristeza, se alivian mejor si permitimos que se expresen libremente, cuando hacemos esto, poco a poco pasan y dan oportunidad de mejorar el estado de ánimo.

5.-Tenga presente lo que quiere lograr con la convivencia y actúe en consecuencia. Con frecuencia acumulamos muchos asuntos pendientes y queremos resolverlos todos en el momento. Elija uno o dos y coméntelos con la familia de principio a fin, hasta llegar a un acuerdo o solución. Permita que todos ofrezcan alternativas.

6.-Separe la relación de la disciplina: La relación con sus hijos es invaluable. Es muy importante que todo el tiempo se sientan amados por usted, sin condicionarlo a su comportamiento. Los niños no se portan mejor si nos enojamos con ellos o les dejamos de hablar. Esto les genera enojo y angustia.

7.-Para lograr que sus hijos adquieran una disciplina muestre las ventajas que ésta tiene y no la ponga a discusión si quiere que sea obligatorio. Ejemplo de obligaciones: bañarse, respetar a sus hermanos, evitar comportamientos de riesgo, decir la verdad, etc. 

8.-El cumplimiento de las rutinas dependerá de que usted las supervise. Los hijos no van a obedecer sólo porque usted se los diga, sino hasta que creen el hábito a través de la repetición diaria.

9.-Tenga presente que lo más importante es crear valores en sus hijos, pídales lo que usted también esté dispuesto a hacer. La palabra convence pero el ejemplo arrastra.

10.-La regla de oro: Respetar la personalidad de cada hijo, que es diferente. Permitirle ser quien es, mientras respete a los demás y sea benéfico para su desarrollo.

Les invito a preguntarse cuál es un tema que les gustaría mucho poder hablar con toda confianza con sus hijos y apliquen el decálogo a este tema.

¿Encuentran algunas ideas ahora de cómo hacerlo?

Muchas gracias.

Mtra. Leticia Adriana Sánchez Báez.
www.centroempareja.com